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DE VUELTA A CASA


           Yo no sé lo que se siente al parir, no sé lo que se siente al tener unos dolores que te parten en dos, no sé lo que siente en la primera ecografía…pero sé lo que se siente al verte por primera vez en una foto en blanco y negro, sé lo que se siente cuando esperas años y años sin ninguna noticia, sé lo que se siente cuando te tratan como si fueras una pesada y sólo quieres tener alguna noticia, algún hilo de esperanza,<<sé lo que se siente tras mil noches pensando que no estas junto a mí>>, que igual que otros bebes tienen el calor de su casa; <<tú estás en una cuna pasando los mismos minutos que a mí me parecen una eternidad. Sé el miedo que se siente el día antes y sé la alegría inmensa el día que por fin te pude tener en brazos>>.
Esto será lo que yo le diré a mis hijas cuando me pregunten si las quiero o si las hubiera querido más si hubieran sido hijas biológicas. LA ADOPCIÓN es un proceso que te enseña muchas cosas, pero sobre todo te enseña a querer sin límites. La burocracia, los papeles y el tiempo de espera es algo demoledor que te asfixia día a día que sólo compensa cuando tienes en brazos a tu hija.
Yo tengo dos hijas que fueron adoptadas, no son adoptadas, la frase cambia, fueron adoptadas y ahora son mis hijas, el verbo es muy importante para que ellas entiendan que esto es un proceso que pasamos juntos y que gracias a ello hoy formamos una familia.
Los años de espera han sido demoledores, en el camino te encuentras mucha gente que te da fuerzas para seguir luchando y otras que te lo complican un poco. Mi consejo, si pudiera dar alguno es que te agarres fuerte a todos los que te dan la mano para tirar de ti y hacerte ver que el día llegará. Nosotros hemos tenido mucha suerte y nos hemos encontrado gente maravillosa que se ha unido a que no desistiéramos ni un día en este camino. La gente que ha intentado hacernos el camino imposible no le voy a dar ni dos letras en estas líneas porque ya las identificarás en cuando se te crucen por el camino.
Si algo pudiera destacar de esta andadura sin lugar a duda me quedaré para siempre el primer día, el primer día que las tuve en brazos. Cada una tiene un lugar privilegiado, fueron días distintos, uno en el salón de mi casa y otro a 12 mil kilómetros de distancia de mi casa. La diferencia es entre adopción nacional e internacional, procesos y burocracia distinta pero resultado muy parecido: el despertar como madre     
Ellas llegaron a casa



A.     “Llegó a casa envuelta en sábanas, era tan pequeña que sólo quería cogerla en brazos; A. fue la primera, mi corazón la esperaba ansiosa”. La primera en cogerla fue su padre y al ver sus lágrimas por las mejillas del que había sido el más fuerte en este proceso me di cuenta de que había llegado una gran mujer a nuestras vidas. El momento en que la cogí en brazos sentí que el corazón se salía del pecho, era “mi parto”, el momento en que ella y yo nos encontrábamos;” le susurré en el oído, le di la bienvenida y le prometí que siempre me tendría a su lado”



 C. "Llegó a 12 mil km de distancia de nuestro hogar; el miedo, la incertidumbre nos inundaba, pero al llegar hasta donde estaba sólo tuve que mirarla a los ojos, su miedo no podía decirme nada más, de nuevo el tiempo se paró y sólo quería cogerla en brazos y que sintiera la tranquilidad, que sintiera que su nueva vida empezaba, que atrás dejábamos noches de soledad, despertares sin abrazos y tardes sin sonrisas…”
A.y C. son mis hijas, por las que hoy daría mi vida porque ellas me han enseñado a ser supervivientes, me han enseñado a que con perseverancia los retos, por difíciles que sean se pueden conseguir, en definitiva, me han enseñado que los sueños se cumplen.
Fdo. Una madre, ni adoptiva, ni biológica, simplemente UNA MADRE.


La adopción es creer que la historia es más fuerte que la herencia, y que el amor es más fuerte que el destino. (Lidia Weber)

¿Te animas a iniciar este camino?




   *Este artículo está escrito por María José Cornejo Ruiz es Orientadora en el I.E.S "Juan Antonio Fernández " de Melilla

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